Dormiría a veces incluso de pie
calmando esta sensación de lentitud
que me invade los últimos días.
Quizá porque llegando a puerto, el cuerpo se relaja
y se rinde ante el cercano y merecido descanso que le espera.
Es tiempo de parar motores durante unos días
y preparar la embarcación para un nuevo viaje.
Almudena del Mazo
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