Me imaginaba el número de horas
que aquel lápiz habría pasado entre sus dedos,
que aquel lápiz habría pasado entre sus dedos,
mientras mis ojos recorrían uno a uno aquellos trazos enmarcados por toda la sala.
Imagine ese lápiz entre mis dedos.
Y a mi dibujando,
absorta y entregada.
absorta y entregada.
Me imagine inspirada,
creando una obra maravillosa,
tan maravillosa como aquella.
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