Se que la buena energía se trasmite, se contagia
y que la mala, inevitablemente, también.
Cuando me acompaña mi mejor versión,
la que intento cuidar cada día y algunos no lo consigo,
a pesar de los tropiezos me siento fuerte y capaz.
Pero en las ocasiones en que la buena parece haberse ido de viaje,
una parte de mi que quiere comprenderme,
se siente responsable y pesarosa por sentirse así
y saber que lo que se siembra en ese estado
atrae más de lo mismo.
Ser consciente de ello puede ser un buen inicio,
un punto de partida desde el que planificar un nuevo viaje.
Quizá muchos estemos en ese camino,
quizá la experiencia compartida
ilumine el sendero.
Quizá muchos estemos en ese camino,
quizá la experiencia compartida
ilumine el sendero.
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