Según me acercaba por aquel camino me iba enamorando de él.
Tan inocente y generoso dando a embestidas su cariño, que me conquistó.
Cuando abrazas a un animal y te devuelve el abrazo
no entiendes el abandono, ni el maltrato ni el regocijo en su tortura.
Entiendes que están con nosotros para enseñarnos
a olvidarnos de nosotros mismos,
Que nos tenemos que cuidar,
que somos lo mismo
y que lo que les hacemos a ellos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres formar parte del Blog, déjame tu comentario por favor.