Que fueras a cambiar tanto mi vida,
a recolocar mis prioridades,
a definir mis valores;
que aumentaras mi paciencia,
mi atención, mi inquietud...
es algo que no imaginé
el día que naciste.
Y ahora te miro, te veo y sonrío.
Y ese abrazo tuyo en el que ahora me cuelo
me devuelve el sueño y la risa.
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